Uno de los efectos más perniciosos para aquéllos que se convierten en usuarios regulares de la cocaína es que se requiere cada vez más cantidades de droga para experimentar sus efectos.
Los usuarios crónicos de cocaína sienten el antojo constante de consumirla y continúan usándola, aunque les deje de producir algún efecto. Algunos adictos experimentan tics espásticos notables que se producen por el agotamiento de la dopamina en el cerebro. Menos común es un tipo de psicosis llamada formicación, donde los usuarios alucinan insectos que se arrastran bajo su piel, lo que causa que algunos se traten de extirpar los insectos con pinzas o un cuchillo.
Los efectos físicos en los usuarios de cocaína después de un periodo prolongado pueden ser lesiones intestinales y úlceras estomacales. La cocaína también afecta el corazón y causa palpitaciones. Debido a que la marihuana también aumenta la frecuencia cardíaca, consumir las dos drogas juntas puede causar un aumento de 50 latidos por minuto, por encima de lo normal. Una sobredosis de cocaína puede causar convulsiones, insuficiencia respiratoria o cardíaca, accidente cerebrovascular o hemorragia cerebral y puede ser mortal. La cocaína a menudo se consume con alcohol, lo cual provoca un efecto más intenso y aumenta 25 veces el riesgo de muerte repentina por sobredosis. Bioquímicamente, una nueva sustancia química, el cocaetileno (cocaína y etanol), se forma en el hígado y penetra el torrente sanguíneo y el cerebro más rápido.
Recientemente se descubrió la Naloxona como antídoto para la heroína, pero aún no existe antídoto para la sobredosis de cocaína, ni hay ningún tratamiento específico como el mantenimiento con metadona como lo hay para la adicción a los opiáceos. Los adictos a la cocaína deben adherirse al arduo proceso del tratamiento tradicional (consulte la sección de Tratamiento), que inicialmente requiere dejar el hábito en seco.
Un estudio que analizó las llamadas a una línea directa de urgencias para usuarios de drogas encontró que, aparte de una inminente sobredosis, los síntomas más comunes del consumo prolongado de cocaína eran depresión severa (85%), paranoia (65%), lapsos de memoria (40%), comportamiento violento (31%) e intentos de suicidio (18%). Uno de los efectos más sutiles pero duraderos del consumo prolongado de cocaína es simplemente la incapacidad de experimentar placer en las actividades cotidianas, denominada anhedonia. La anhedonia puede conducir a la depresión y, en última instancia, al suicidio.