La heroína es realmente morfina con algunos grupos moleculares más que son liposolubles, lo que permite que la droga penetre el cerebro más rápidamente.
La heroína puede ser inyectada, inhalada o fumada, pero la inyección intravenosa es el método de administración más común y tarda sólo 10 segundos en llegar al cerebro. Si se administra por medio de inyección intramuscular, toma unos 7 minutos para que los efectos se sientan. Toma hasta 15 minutos sentir los efectos después de aspirar la droga y produce una euforia menos intensa que la deseada por los usuarios de heroína. Sin embargo, dada la creciente disponibilidad de heroína altamente pura hoy en día y el mayor estigma asociado con la inyección (tal como el temor a utilizar agujas sucias que pueden resultar en la transmisión del SIDA o hepatitis C), muchos usuarios empiezan aspirando la droga.
Independientemente de cómo se ingiera la droga inicialmente, casi 1 de cada 4 usuarios se vuelve adicto a la heroína, lo que la convierte en la droga más adictiva junto con las metanfetaminas. Las consecuencias para esos adictos suelen ser desastrosas. Los adictos a la heroína a menudo gastan más del 50% de sus ingresos disponibles en droga y no se inmutan cuando aumentan los precios. De hecho, en los Estados Unidos hay estudios que han demostrado que la demanda de la heroína es altamente inelástica a los cambios de precios. Los efectos adversos en el comportamiento económico del adicto a la heroína son más graves que para cualquier adicto a otra droga, que a menudo llevan al uso de violencia para obtener la droga o el dinero para comprarla. Dada la creciente crisis de heroína en los Estados Unidos, ha aumentado el apoyo para el tratamiento de dicha adicción. Sin embargo, SmartDrugPolicy considera que la atención que se le da y los recursos dedicados a la prevención aún son insuficientes. Es de esperar que las disposiciones de prevención que contiene la Ley Integral sobre Adicción y Recuperación de 2016 sean catalizadores para lograr más atención y recursos para desalentar el uso de opiáceos y heroína desde el principio.
