Más allá de los programas de tratamiento tradicionales (consulte Tratamiento) que ayudan a los adictos a la heroína a dejar de usarla por completo, existen tres métodos alternativos.

Estos tratamientos menos convencionales son menos ambiciosos en su objetivo final, reconociendo el hecho de que la gran mayoría de los adictos a la heroína que se someten al tratamiento tradicional recaen eventualmente. De hecho, un estudio de 2013 encontró que el 78% de los adictos en rehabilitación para la adicción a la heroína ya había estado allí por lo menos una vez, y que el 27% había estado en recuperación al menos cinco veces. Los dos tratamientos más comunes en los EE.UU. usan metadona y buprenorfina (por ejemplo, el Suboxone), mientras que el tercer tipo, el tratamiento de mantenimiento con heroína, sigue siendo más controvertido.

La metadona es esencialmente un sustituto de la morfina, y aunque su composición química es diferente, tiene efectos similares para reducir el dolor severo. La principal diferencia es que sus efectos duran más, hasta 24 horas. Unos científicos alemanes inventaron la metadona durante la Segunda Guerra Mundial cuando la morfina se hizo escasa. Sin embargo, no se utilizó para tratar la adicción a la heroína sino hasta la década de 1960, lo cual la convirtió en una de las primeras terapias de sustitución.

La buprenorfina ofrece otra opción de tratamiento para aquéllos que tienen una adicción menos intensa a los opiáceos. Generalmente, un médico receta el medicamento y el paciente se lo administra directamente, pero sólo funciona como parte de un programa de tratamiento integral que incluye asesoramiento. El objetivo final no es liberar al adicto de su dependencia de las drogas, sino sustituir una droga, como la metadona o la buprenorfina, en lugar de una droga más peligrosa como la heroína. He allí el nombre, tratamiento de mantenimiento con metadona. Desafortunadamente, aun cuando se tiene éxito con los resultados, éstos son menos alentadores ya que la mayoría de los pacientes que reciben tratamiento con metadona se vuelven igualmente dependientes de la metadona. Además, la mayoría de los pacientes vuelven a la heroína, especialmente en los Estados Unidos, donde la heroína se ha vuelto increíblemente barata y ampliamente disponible.

El tratamiento de mantenimiento con heroína es más controvertido. Sus principales objetivos son evitar que los adictos sufran una sobredosis y que compartan agujas sucias, y se trata de administrar dosis mínimas, pero constantes, de heroína. Dichos tratamientos se han utilizado en países como Suiza, pero son menos comunes en los EE.UU. donde, hasta la fecha, se están realizando menos de una docena de ensayos. Hasta ahora, los resultados que ha dado el tratamiento de mantenimiento con heroína no son mejores que el tratamiento con metadona y muchos pacientes vuelven a la adicción e incluso sufren sobredosis.

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Posted by Anaïs Faure